Su historia es la del siglo XX, la de las mujeres, la de los prejuicios que se resisten, la historia del éxito y alguna miseria de un ser humano, discriminaciones y lucha.
Su padre trabajaba como inspector del gobierno y había practicado el lanzamiento de peso y de disco. Las condiciones de Fanny para el deporte eran evidentes y hasta los 17 se dedicó con moderado éxito a la natación. Un tal Jan Blanquers, ex saltador de triple de cierto nivel, comentarista deportivo,entrenador de atletismo, también cojo por una lesión y a favor de limitar la participación femenina en los juegos olímpicos, se fijó en las cualidades de Fanny, la convenció para que practicase el atletismo y se convirtió en su entrenador. Lo del esfuerzo compartido y mirar el cronómetro a medias funcionó y a los pocos años se casaron. La oposición del marido de la Blankers-Koen al deporte de las féminas en las olimpiados cambió cuando conoció a la que luego sería su mujer.
En 1935 Fanny bate el record nacional de 800 m y en 1936 participa en su primera olimpiada, la de Berlín. Obtiene un sexto puesto en longitud y un quinto en el relevo corto.
Fanny se toma en serio lo de entrenar y demuestra su poderío y versatilidad ( altura, longitud, vallas y velocidad ).
Acaba la guerra. Europa y el mundo se curan las heridas y en 1948 llega la cita de los Juegos Olímpicos de Londres; unos juegos muy austeros. El célebre estadio de Wembley albergó las pruebas de atletismo. La Blankers-Koen ya era madre de dos hijos y con sus 30 años lo de correr y saltar y no atender a sus vástagos no caía muy bien entre los holandeses . La mamá atleta recibía cartas : que si enseñaba muslamen con sus pantalones cortos, que ya era mayorcita, que una madre es una madre y no una loca que pega saltos delante de los hombres…
La hora de la verdad llega y la " holandesa voladora " se impone en los 100 m y los 80 metros vallas. La final de vallas fue reñida. Se enfrentaba a la inglesa Maureen Gardner, una jovencita de 19 años. Británica y holandesa llegan igualadas a la meta y los jueces tienen que consultar la foto finish para decidir quién es la ganadora. Los minutos de espera pasan lentamente. De pronto, empieza a sonar el himno inglés ( god save the queen ) y la mamá voladora cree que la victoria ha sido para la Gardner. No fue así, pues la holandesa de rizos ganó y lo del himno fue porque en ese instante aparecieron por el estadio los miembros de la casa real.
Fanny ya ha conseguido dos oros. La añoranza de sus hijos se apodera de ella y le dice a su marido entre lágrimas que quiere regresar a su casa. El tipo se portó como un hombre: "mira cariño, si quieres nos vamos a casa con los niños, pero te vas a arrepentir toda tu vida ". Ella se enjugó las lágrimas y tomó una decisión: iba a luchar por el oro en los 200 m y por el relevo corto. Peleó y triunfó: cuatro oros en una olimpiada ( en 100 m 11.9, en 80 m. v 11.2, en 200 m 24.4 y en los 4x100 47.5 ).
Hubiera podido conseguir el oro en salto de altura y longitud ( tenía mejor marca que sus rivales ), pero había un número máximo de pruebas para participar ya que consideraban que la fragilidad femenina debía protegerse.
Cuando Fanny Blankers-Koen llegó a Holanda, el pueblo la agasajó paseándola en un carruaje con cuatro caballos. Sus vecinos, orgullosos y con el fervor patrio encendido, le regalaron una bicicleta para que no corriera tanto.
Fanny Blankers-Koen y su historia nos lleva a unos tiempos que parecen remotos. Logró la gloria olímpica y, sin pretenderlo, sacudió los pilares del deporte y la sociedad para que el papel de la mujer alcanzara el éxito de la normalidad.
Texto extractado y resumido de http://javiernavarroferrer.blogspot.com
Compartimos este video que es realmente una joyita. Observen las competencias pero tambien las tribunas, el publico, el juez largador...
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