En el Parque Chacabuco hay 400 metros dedicados a una sola actividad: el atletismo. Cientos de personas por día se calzan las zapatillas y corren por la pista que data de 1958 y fue reinaugurada en 2010. Desplazan las piernas para dar el tranco más largo, se concentran en caer con la pisada correcta, sienten el látigo de la piel sobre los huesos. Entrenan en una pelea contra la voluntad, contra el cansancio, contra el dolor, contra el frío. Y también contra los pozos, la mugre y el abandono de un espacio que se mantiene más por los vecinos que por las autoridades.
Los corredores denuncian que, al mal estado general, este fin de semana se sumó un evento del Gobierno porteño que dejó la pista destrozada. Dicen que al predio entraron camiones, que se montó un escenario y baños químicos, que cortaron rejas y rompieron veredas. Esta mañana los cordones estaban quebrados, el óvalo central tenía el pasto pelado, había desniveles mayores a los habituales y huellas de topadoras. También, operarios que reparaban la reja perimetral.
“Hace menos de un año la pista fue cedida por el Gobierno para realizar otro evento. Ahora se repite el esquema y los resultados: destrozos e inutilización del predio”, dice César Sánchez, uno de los corredores que entrena en la pista. Sánchez recuerda las quejas que aparecieron el año pasado después que el
Gobierno cediese la pista a la colectividad coreana para celebrar sus 50 años en la Argentina. Entonces los vecinos juntaron firmas y exigieron “la reparación íntegra y el reacondicionamiento de la pista y sus alrededores” a través de la plataforma de peticiones Change.org.
Después de los reclamos, se envío un tractor para nivelar el terreno pero una reforma integral sigue vigente y se refuerza en el hartazgo de ver el problema repetido. “Se nos ríen en la cara. El año pasado el sub secretario de Deportes dijo en una radio que no volverían a arruinar la pista. Las palabras se las lleva el viento”, se quejó Victoria Di Paolo, en un grupo de Facebook que nuclea a los corredores. En el Chacabuco, además, funciona el Instituto Dickens, que forma profesores de educación física y sus alumnos usan la pista. Igual que más de 10 grupos de entrenamiento y los chicos de la Asociación Atlética Parque Chacabuco.
Fernando González Blanco es otro de los cientos que entrena en el parque, y como tantos otros, cuando se le consulta por los problemas en la pista empieza a enumerar: “Casi ya no tiene iluminación, de cuatro postes grandes, hay tres quemados. No se le hace mantenimiento y con cualquier lluvia se inunda. El carril más interno, en el que se corre más rápido, está lleno de pozos".
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